lunes, 22 de diciembre de 2008

¡Qué divertido es hacer listas favoritas de cosas!

Hay tres escenas que me parecen las más sugerentes del cine por su gran carga erótica. A saber:
La primera está en Amarcord de Fellini. En una fría noche invernal, el chaval protagonista camina solo y ve luz en el estanco. Se mira los bolsillos, observa si hay alguien mirando y entra a comprar algún cigarro suelto como los que se vendían antes. La cigarrera es enorme, tiene un culo y unas tetas superlativas y además va con vestidos ceñidos, provocadores y de vivos colores. El chaval se pone palote sólo con verla. La señora le mira de arriba abajo y le dice “baja el portón”. El chico no puede ni moverlo de lo que pesa y la gorda le aparta de un manotazo y la cierra de un tirón. Se vuelve y antes de que el chaval pueda decir “lofmidu”, la gorda se ha sacado las dos tetas por encima del escote y se las restriega al chaval por la cara, que a punto está de axfisiarse entre tanta carne. Mientras la cigarrera da grititos y se ríe cada vez más alto.
En un momento dado, cuando parece que el chaval va a morir sin aliento y ella va a conseguir llegar al climax, la cigarrera se vuelve a enfundar las tetas y saca al chaval a patadas de la tienda. "Venga fuera que tengo mucho trabajo". Genial.

La segunda es Atlantic City del director francés Louis Malle y la pareja de actores está formada por Burt Lancaster, algo mayor y la maravillosa Susan Sarandon. La escena que digo es la siguiente: Susan es vendedora de mariscos y pescados en un mercado y Burt es su vecino solitario y sin ganas de vivir. Ella, cuando vuelve del trabajo, se sitúa en el fregadero de la cocina, frente a la ventana del patio y parte por la mitad varios limones. Burt vive enfrente. Ella, después se baja la camisa y los tirantes de la ropa interior, y se frota los limones, uno por uno, por los hombros, brazos y por supuesto, los senos, mientras que el bueno de Burt, que no tiene ganas de vivir pero que no es tonto, la espía a través de una persiana de rejillas con la luz de la habitación apagada. De infarto.

La tercera es de uno de los directores más eróticos que ha dado nuestro país, Bigas Luna. Es la escena sin diálogos entre un loro o un papagayo y la actriz italiana Anna Galiena. El encuadre es muy corto y pasa de la boca del loro a la de Anna mientras hablan entre ellos y la única palabra que se pueden decir es “waca” con la a final alargada. WACAAAAAAAA. WACAAAAAAA. Primero el loro y luego Anna. El loro, Anna. La boca de Anna. Los labios de Anna, rojos y abiertos. Anna es una bomba de relojería humana. Lo que no entiendo es porque su nombre tiene dos enes. Podía tener tres o cuatro, incluso. Annnna. Tampoco queda mal. ¡Ah! me olvidaba, la película es Jamón, Jamón.

¿Qué os han parecido? ¿A que es divertido hacer listas de cosas? Las tres mejores escenas eróticas, las mejores frases de libros, las mejores canciones de todos los tiempos o las cinco mejores. Esa es una buena lista. Y además como cada uno tiene sus gustos pues habría que discutirlo. Cuando haga la mía, intentaré que os podáis bajar el audio y será más divertido, si eso fuera posible. Qué divertido y BANAL es hacer listas favoritas de cosas. ¿A que si?

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